Viernes por la mañana. Cojo el autobús y tuve una experiencia de autobusera increíble.
- ¿a la derecha?
- Si, sí, a la derecha.
- ¿ahora de frente?
- sí, de frente.
Pero entre pregunta y pregunta me despisto y el autobús coge un camino que no es.
¿Por qué me había despistado? Os preguntaréis. Pues muy sencillo. A la señora que llevaba en frente no se le ocurrió otra cosa que vomitar... Ufff qué asco! ¡ no estaba yo en esos momentos para guiar al conductor del autobús!
Cuando le dije al conductor que se había equivocado de camino, al pobre le cambió la cara y casi se da con un coche si éste no le avisa con un pitazo atronador. Yo temía por él porque pensé en ese momento que la gente del bus se le iba a echar encima y yo no tenía la suficiente fuerza para enfrentarme a todo un bus lleno de gente que iba a sus obligaciones con hora. Pero para mi sorpresa, todo el mundo se comportó increiblemente bien y no hubo que destacar heridos ni chichones ni una palabra más alta que otra. Debimos de entender que todos nos equivocamos en alguna ocasión y que el mundo no se acaba por eso.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
11 comentarios:
Claro, porque NADIE es perfecto, pero quién quiere ser NADIE???
Bufff... vaya susto, no?
Supongo que pugo retomar el camino correcto.
Tu moraleja final, lo dice todo y es totalmente cierta. Algunas equivocaciones pueden ser peores que otras... pero es importante saber relativizarlas.
Besotes! Cuidate.
Vaya, que surrealista!!!
Y el resto del día? Espero que fuese más normal.
Y por qué estabas tú dirigiendo al conductor??? que había desayunado la señora para vomitarlo??? Por qué el motín iba a repercutir en ti???
Me has dejado sumamente intrigado
¿¿¿¿¿??????
O me he perdido algo o no comprendo por qué has de guiar tú al autobusero.
Claro que sí. Todos cometemos errores, todos somos humanos. Pero, lo mejor de los errores es que tb nos enseñan, aunque no nos guste reconocerlos.
Menos mal que todo acabó bien.
Un saludito.
Quería deciros que le ayudaba al conductor porque me ofrecí,(era yo la persona que estaba sentada más cerca de él) ya que le ví muy perdido, nunca mejor dicho, PERDIDO.
¿por qué tenías que decirle al conductor por donde tenía que ir?
Me parece bien que todo el mundo haya entendido la equivocacion y colaborase, pero me extraña un poco y no porque yo desconfie de la bondad de las personas, soy de las que pienso que la mayoría son buena gente. Pero también la mayoría somos "protestones"
No era la ruta del conductor, se la dieron ese día para cubrir la baja del autobusero de siempre, por lo tanto no tenía ni idea de por donde ir.
Ya no le he visto más porque ha venido el de siempre.
jajaj, el autobusero debia estarlas pasando canutas. Me has hecho recordar un taxista, que dandole una dirección y el pareciendo haber comprendido perfectamente, nos llevo muy cerca de la autopista, sin poder dar vuelta en el carril de decelaración. Menuda angustia.
Saludos
Lola, llevo unos días sin poder ponerme en contacto contigo. Cuando te pincho me dice que no estoy invitada.
Publicar un comentario